Los empaques de plástico juegan un importante rol protegiendo productos y extendiendo la vida de anaquel de productos alimenticios; pero aún desechados conservan su valor.

El reciclar este material para fabricar nuevos productos de plástico conserva este importante recurso en la economía, fuera de los rellenos sanitarios (basureros) y aporta beneficios económicos y ambientales al reducir el uso de plásticos vírgenes.

Por ejemplo, el reciclar 1 tonelada de botellas de refrescos reduce alrededor de 1.5 toneladas de emisiones de CO2. (Fuente: WRAP –Programa Acción para Desperdicios y Recursos-por sus siglas en Ingles- Reino Unido)

El material de nuestra elección es el PET… el plástico más reciclado en el mundo. Los sistemas de recolección, limpieza, refinamiento y de procesamiento de éste material han sido bien establecidos por la industria del embotellado.

Otros envases y empaques de PET usan la misma infraestructura y se pueden reciclar con la misma facilidad dentro de éste sistema asegurando un ciclo cerrado (“closed loop”). El PET siempre puede ser recolectado, reciclado y re-usado.